El nombre Joel (heb., Yoel) significa “Jehová es Dios”. Con toda probabilidad Joel era judío y habitaba en Jerusalén. Aunque no hay pruebas en qué fundar la suposición, tal vez fuera sacerdote, o al menos un “profeta del templo”.1 La ocasión de la profecía fue una época de pánico nacional ante los estragos de una invasión sin precedentes de langostas. El profeta ve la plaga como una solemne advertencia del juicio que vendría en el “día de Jehová”, la
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